CATALUÑA
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Junts presiona a Puigdemont para que sea candidato a la Generalitat y deja a Turull y Nogueras como alternativas

El prófugo será el candidato a las europeas y planea un regreso mesiánico a Cataluña antes de tomar una decisión

El líder de Junts, Carles Puigdemont.
El líder de Junts, Carles Puigdemont.EFE
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Acordada la amnistía total para proteger a Carles Puigdemont de su imputación por terrorismo y de una eventual investigación por alta traición, Junts ya ensueña con el regreso de su líder a Cataluña y con su reconversión a candidato a la Presidencia de la Generalitat para arrebatar a ERC el control del aparato independentista.

El prófugo será el candidato de los neoconvergentes a las elecciones europeas, pero el grueso del partido, empezando por su secretario general, Jordi Turull, anhela que también acepte convertirse en su cabeza de lista para los próximos comicios catalanes, que se celebrarán en febrero de 2025 si el actual president, Pere Aragonès, logra sacar adelante los Presupuestos para agotar la legislatura.

Mientras la Ley de Amnistía superaba el trámite en la Comisión de Justicia del Congreso, Turull reclamaba públicamente a Puigdemont que se postulase como presidenciable, dando ya por hecho que no encontrará obstáculo judicial alguno para regresar a España en verano y reactivar su vida política en Cataluña tras esquivar un juicio que, a todas luces, hubiera derivado en su condena e inhabilitación de no ser por la aprobación de la medida de gracia diseñada, codo a codo, entre el PSOE, ERC y Junts.

Pero Puigdemont no tiene tomada una decisión, en absoluto. Su prioridad es asegurarse el escaño en el Parlamento Europeo para, después, empezar a planificar un regreso mesiánico que lo consagre como líder moral del secesionismo catalán, si no surgen imprevistos en la aplicación de la Ley de Amnistía.

Pero las encuestas frenan al jefe de filas de Junts. Pronostican los sondeos la segunda victoria consecutiva del PSC de Salvador Illa. Inscribirse en la carrera por la Generalitat para perder ante los socialistas no es un escenario del agrado de Puigdemont. Bien es cierto, que ninguna de esas muestras demoscópicas contemplaba al ex president como candidato y que sus sucesivas victorias ante el PSOE de Pedro Sánchez impulsan a Puigdemont como presidenciable al presentarlo ante el votante independentista como la figura más influyente de Cataluña, por encima del primer secretario de los socialistas catalanes y del ratificado candidato de ERC, Aragonès, quien opta a mantener su silla en el Palau una vez descartada la candidatura de Oriol Junqueras.

Los cuadros de Junts no sólo azuzan a Puigdemont por su potencial electoral, sino por la falta de alternativas solventes para presentar batalla en las catalanas. Antes de que Sánchez cediera con la amnistía, y eliminada tras su condena por corrupción la última candidata, Laura Borràs, Josep Rull aparecía como único presidenciable factible al haber decaído su inhabilitación una vez suprimido el delito de sedición, el único por el que se le había condenado. El ex consejero de la Generalitat lleva meses recorriendo Cataluña para recaudar apoyos a su candidatura, pero es plenamente consciente de que el cambio de tesitura desinfla sus posibilidades y lo condena a la cola de los presidenciables.

Turull se ha sumado a las quinielas al darse por seguro que quedará rehabilitado para ejercer cargo público gracias a la amnistía. Pesa contra el número dos del partido sus incamuflables vínculos con la antigua Convergència y el hecho de que él mismo se declare un candidato de segunda en comparación con el primer espada, Puigdemont.

La incisiva Míriam Nogueras aparece como alternativa, catapultada por la creciente popularidad que le ha granjeado su destacado papel en las negociaciones con el PSOE y por las mediáticas intervenciones en el Congreso, que le garantiza una legislatura en la que Junts seguirá ejerciendo como protagonista por su condición de socio preferente de Sánchez.