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Uso de pantallas en la enseñanza, ¿beneficio o perjuicio?

uso de pantallas en la enseñanza
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 29.04.24

Desde que nacen, los niños están expuestos a las pantallas, ya sea por lo que ven a su alrededor o porque las usan para su propio entretenimiento y educación. Sin embargo, el uso de pantallas en la enseñanza no está exento de debate, y cada vez son más los padres, educadores y profesionales de la salud que temen que este tipo de dispositivos pueda estar afectando al aprendizaje y desarrollo de los más pequeños.

Recientemente, el Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría (AEP) publicó un informe basado en la evidencia científica sobre el impacto de los dispositivos digitales en el sistema educativo. Sus conclusiones coinciden con las de otros expertos en la materia: la clave estaría en una utilización adecuada, moderada y supervisada.

El debate abierto sobre el uso de pantallas en la enseñanza

Existe un debate social, escolar, familiar y científico sobre el impacto que tienen en la salud a lo largo de la vida, y especialmente en la infancia y adolescencia, ya que pueden afectar negativamente al neurodesarrollo, aprendizaje e instauración de hábitos de vida saludables.

Este es el motivo por el cual los pediatras recomiendan un empleo moderado, supervisado y controlado de la tecnología en el entorno familiar, y aconsejan la total limitación de su uso personal dentro de los colegios e institutos, con el fin de evitar las distracciones, el ciberacoso, la falta de actividad física en los recreos y el aislamiento social.

En nuestro país no existe una normativa general respecto a la utilización de móviles en los colegios, y son las propias comunidades autónomas las que deciden. Sin embargo, en otros países como Francia, Países Bajos, Italia o algunas regiones de Alemania ya han prohibido a sus alumnos llevar dispositivos móviles al centro escolar para un empleo personal.

Ahora bien, ¿qué ocurre con la digitalización en las aulas? ¿Deberían permitirse las pantallas con fines educativos? Repasamos la evidencia científica recogida hasta la fecha.

1. No mejoran el aprendizaje

Un análisis sistemático publicado en The Australian Educational Research determinó que utilizar el iPad en áreas específicas como el inglés, las ciencias o las matemáticas no mejora los resultados académicos, por lo que el argumento de quienes defienden su uso como una medida de motivación para los alumnos quedaría invalidado.

2. Empeoran la comprensión lectora

utilizar o no pantallas en los colegios
Al parecer, leer en una pantalla empeora la compresión lectora | Fuente: Canva

Cambiar los libros en papel por libros digitales también está afectando a la comprensión lectora, pues, según el estudio Dynamic reading in a digital age: new insights on cognition, los textos se procesan de una manera más superficial, lo que reduce notablemente su comprensión y favorece la aparición de limitaciones visuales que acaban afectando a la atención.

Por eso, con el fin de mejorar los resultados académicos obtenidos por sus alumnos en el área de la comprensión lectora, países como Finlandia y Suecia han dado marcha atrás en el uso de pantallas en los colegios.

3. Provocan distracciones en el aula

Móviles y tabletas son una indiscutible fuente de distracción, especialmente en niños y adolescentes. Los estímulos visuales, las redes sociales y las aplicaciones están diseñadas para que resulte fácil enfocarse en ellas, de modo que es fácil que se pierda el interés en otras actividades externas.

Según un estudio publicado en el periódico de la Universidad de Chicago, la mera presencia de un teléfono móvil reduce la capacidad de concentración de los universitarios. De hecho, aquellos que dejaron sus dispositivos en una habitación obtuvieron mejores resultados en las pruebas cognitivas que los que los silenciaron, guardaron en sus mochilas o dejaron boca abajo sobre su escritorio.

Estas conclusiones son similares a los datos recogidos en el último Informe Pisa 2022, donde se determina que un 33 % de los alumnos se distrae cuando utiliza dispositivos digitales en el aula, un 26 % lo hace cuando lo utilizan sus compañeros y hasta un 45 % de los alumnos de 4º de la ESO confiesan sentirse ansiosos si sus teléfonos móviles no están cerca de ellos.

4. Se relacionan con mayores tasas de absentismo escolar entre adolescentes

Una investigación de 2022 promovida por Cáritas y financiada por el Ministerio de Sanidad arrojó otro dato preocupante. El uso abusivo de las pantallas por parte de adolescentes en situación de vulnerabilidad social se relaciona con mayores tasas de absentismo escolar. En concreto, entre un 23 % y un 32 % de los adolescentes que utilizan el móvil más de seis horas diarias, para navegar por las redes sociales o jugar, falta a clase varias veces al mes sin motivo justificado. Y el absentismo está relacionado con una mayor tasa de fracaso académico y abandono escolar temprano.

Las pantallas no son el mal, pero deben usarse con moderación y conocimiento

uso de pantallas en los colegios
Las claves son supervisión, contenidos de calidad y limitación de tiempo | Fuente: Canva

Ahora bien, es importante dejar claro que las pantallas por sí mismas, no son ni perjudiciales ni beneficiosas, sino que la valoración negativa o positiva va a depender del uso que se les dé. De hecho, Daniel Roberto Salinas, analista de la OCDE, asegura en este artículo que “un uso moderado de la tecnología digital puede ser mejor en términos educativos que una prohibición absoluta”.

En este sentido, desde la AEP consideran que se puede implementar su empleo en las aulas con una finalidad concreta y siempre que las aplicaciones que vayan a utilizarse hayan sido avaladas por estudios científicos que determinen su eficacia en el aprendizaje.

Estas son las recomendaciones generales que ofrece al respecto el Comité de Promoción de la Salud (CPS) de la AEP:

1. Controlar el tiempo

En opinión de los pediatras, las aplicaciones que se usen en el aula deberían especificar el tiempo que va a precisar el alumno para realizar la actividad, y establecer mecanismos automáticos que impidan el exceso de exposición siguiendo las recomendaciones científicas: cero pantallas antes de los 2 años, menos de una hora al día entre los 2 y los 5 años, y menos de dos horas al día a partir de los 5 años.

2. Dispositivos propiedad del centro escolar

Para evitar el acceso por parte de los alumnos a contenidos inadecuados para su edad, los dispositivos electrónicos deben ser propiedad del centro, estar configurados para un empleo seguro, y disponer de cuentas específicas para un uso exclusivamente docente.

3. Nada de juegos educativos

El CPS considera inadecuados los juegos o aplicaciones con finalidad educativa que estén basados en estrategias relacionadas con la gratificación inmediata o cualquier mecanismo que favorezca comportamientos adictivos o una utilización excesiva de la pantalla.

4. Formación del profesorado, alumnado y padres

También recomiendan la formación del profesorado, del alumnado y de los padres en competencias digitales, que incluya tanto datos sobre el impacto en la salud, el desarrollo y aprendizaje que implica el abuso de las pantallas, como la educación en protección de datos y ciberseguridad para disminuir riesgos.