CULTURA
Fotografía

En memoria de Colita: "Cuando un fotógrafo se cree superior a la persona que retrata, la foto es una puta mierda y él un hijo de puta"

Madrid homenajea a la fotógrafa con la exposición póstuma 'Antifémina' y el depósito de su legado en el Instituto Cervantes. En su Barcelona natal, todavía nada

Colita en su estudio, junto a su archivo fotográfico, en 2021.
Colita en su estudio, junto a su archivo fotográfico, en 2021.SARA GORDONARABA PRESS
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Colita fue antifémina hasta el último momento, cuando falleció el pasado 31 de diciembre por las complicaciones derivadas de una peritonitis. Tenía 83 años y la ilusión de ver la exposición que hoy inaugura el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con sus fotografías luciendo a gran formato y que ella misma escogió. Una venganza (o justicia, al fin)sobre el régimen que la censuró más de una vez y que destruyó los 3.000 ejemplares de Antifémina, el primer fotolibro feminista que Colita diseñó junto a la intelectual Maria Aurèlia Capmany y que acabó convertido en confeti para el día de la Hispanidad. Era 1977 y aunque Franco había muerto, España seguía siendo franquista.

«La de este libro es una historia trágica: lo han humillado, lo han destrozado, pero no han podido con él. Al final hemos ganado, aunque 60 años después», recordaba Colita tomando un café con leche en su estudio de Sarrià, una fría mañana de noviembre de 2021, cuando el Ayuntamiento de Barcelona reeditó Antifémina en un exquisito volumen supervisado por ella misma. Ahora Madrid le rinde un homenaje por partida doble: la gran exposición del Círculo de Bellas Artes, comisariada por el artista Francesc Polop, y la entrega simbólica del legado de Colita al Instituto Cervantes, que realizará este mediodía su amiga Maruja Torres al depositar una caja con documentación inédita y, por supuesto, el Antifémina.

'Historia de una soledad' (1966).
'Historia de una soledad' (1966).COLITA

«Mira, te voy a decir una cosa», soltó de pronto Colita en su entrevista con ELMUNDO, en unas declaraciones no publicadas pero que resumen su concepción de la fotografía: «Un fotógrafo no se puede creer superior al ser que fotografía, sea un mendigo, un gitano o una señora que va a la compra... Cuando un fotógrafo se cree superior, la foto es una puta mierda y él un hijo de puta. O sea, tus sujetos fotografiables son personas como tú». Hizo una pausa y añadió una excepción: «Menos... Si vas a una manifestación fascista o a una guerra».

Ella hablaba así, contundente y mordaz, ya fuera en la panadería, con la modista del barrio o en una merienda con sus amigas (¡y qué amigas!, véase en Filmin el delicioso documental Cola, Colita, Colassa, que Ventura Pons grabó en 2015 en el jardín de la fotógrafa con las escritoras Rosa Regàs y Maruja Torres, la editora Beatriz de Moura, la ex modelo Teresa Gimpera o la cantante Núria Feliu: todas reunidas alrededor de una mesa, con puritos y churros). Directa y sin filtros, si Colita era radical en algo, era en su honestidad sin fisuras, en su compromiso social, más en una época en que las mujeres podían ir a la cárcel por adulterio (la ley no se abolió hasta 1978) o por abortar (la legalización no llegó hasta 1985).

'Una profesión arriesgada' (1969).
'Una profesión arriesgada' (1969).COLITA

Y ese es el contexto de Antifémina:«He aquí el ideal de la mujer española dictado después del Glorioso Alzamiento Nacional: CASA, COCINA, CALCETA (...) los nazis eran más liberales», escribe la brillante Capmany. Y las imágenes-manifiesto de Colita lo ilustraban: fotos de boda en las que la novia parece ir a su funeral, la soledad y exclusión de las abuelas, la marginalización de las gitanas del Somorrostro, las modelos cosificadas, las monjas enclaustradas... «En aquella época tenías que ser una anti-mujer. No ser feminista era tirar piedras a tu tejado como una idiota», defendía Colita, anti-mujer desde que salió de la escuela y decidió ser la primera (con permiso de Joana Biarnés) en coger una cámara y hacer lo mismo que ellos: fotografías que explican una España en blanco y negro, la de los 60 y 70.

'El piropo' (1963).
'El piropo' (1963).COLITA

No sólo retrato una época y una Barcelona casi mítica, la de la Gauche Divine algo canalla: ella misma fue esa época, esa Barcelona. Sin embargo, sorprende que su ciudad natal no le haya dedicado una gran antológica en los últimos años y que aún no haya dicho el sí para acoger Antifémina. «Colita Flamenco giró prácticamente por toda España, pero no se ha visto en Barcelona y eso que empieza con una fotografía de Carmen Amaya en Montjuïc, una gitana catalana de pura cepa», lamenta Francesc Polop, amigo y colaborador de Colita, editor y comisario de Antifémina. Con o sin exposición, Colita siempre será la imagen de esa Barcelona mítica, la de las antiféminas.