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'Adriana Lecouvreur' descorchará la temporada más barroca del Teatro Real

Joan Matabosch ha presentado una programación atrevida e innovadora que salda viejas cuentas pendientes y en la que Händel, Verdi y Mozart reclaman la mayor atención

'Adriana Lecouvreur' de Cilea en el montaje de David McVicar que inaugurará la temporada del Teatro Real en septiembre.
'Adriana Lecouvreur' de Cilea en el montaje de David McVicar que inaugurará la temporada del Teatro Real en septiembre.
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Que el barroco se cotiza al alza en los teatros de ópera no es ninguna novedad. Pero una cosa es reivindicar a Händel en la programación y otra, bien distinta, lanzarse de lleno a la conquista de títulos olvidados del repertorio francés, con rarezas tan estimulantes (y necesarias) como David et Jonathas de Charpentier y Las Indias galantes de Rameau. De todo eso hay, y mucho más, en la temporada 2024/2025 del Teatro Real que se ha presentado esta mañana. «De los 19 títulos programados, 10 no se han se han presentado nunca en este teatro», ha celebrado Gregorio Marañón, presidente del Patronato de la institución, durante la rueda de prensa. «Habrá seis nuevas producciones y un estreno absoluto, lo que da buena cuenta de nuestra apuesta decidida por el repertorio».

El primer telón correrá a cargo del maestro Nicola Luisotti, que dirigirá a partir del 23 de septiembre las 13 funciones (dedicadas a José Carreras) de Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea que, para su primera representación en el Real, contará con un diseño escénico de David McVicar liderado por la soprano Ermonela Jaho y que servirá para el esperado debut de la mezzo Elina Garanca. Ya en noviembre (y tras la versión de concierto de la ópera de Charpentier), Ivor Bolton dirigirá Theodora, el único oratorio auténticamente cristiano de Händel, en un montaje en clave feminista de Katie Mitchell. Del mismo compositor se escucharán Tamerlano (en las manos especializadas de René Jacobs y la Orquesta Barroca de Friburgo), Alcina y Jephta (en ambos casos con Francesco Corti y los músicos de Il Pomo d'Oro).

Sorprende constatar a estas alturas que un título fundamental del repertorio belcantista como Maria Stuarda (segunda entrega de la Trilogía Tudor de Donizetti) no se haya representado nunca en este escenario. «Era una cuenta pendiente que urgía saldar», ha dicho Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real. «Hablamos de una ópera maldita que narra el enfrentamiento entre dos reinas, María Estuardo y su ejecutora, Isabel I, por lo que tuvo que hacer frente a la censura de la época». David McVicar hará doblete en una nueva coproducción con el Liceu de Barcelona y el Festival Donizetti de Bérgamo que dispondrá del siempre eficaz reclamo de la soprano Lisette Oropesa en el rol protagonista durante las 10 funciones previstas en diciembre y que gobernará desde el foso José Miguel Pérez-Sierra.

Ya en enero, Gustavo Gimeno, quien será nuevo director musical del Teatro Real a partir de septiembre de 2025, capitaneará uno de los ejes temáticos más interesantes de la programación: un homenaje a Aleksandr Pushkin en el 225º aniversario de su nacimiento a través de dos ideas diametralmente opuestas de Rusia. «Por un lado, tenemos la Venecia del Norte de Pedro el Grande a la que alude Chaikovski en Eugene Oneguin, una ventana a Europa bajo la influencia romántica de Byron», ha explicado Matabosch. «Del otro lado de la balanza nos encontramos con la antigua epopeya paneslavista, medieval y encerrada en sí misma de El cuento del zar Saltán, en este caso con música de Rimski-Kórsakov». De la Rusia europeizada se ocupará el regista Christof Loy mientras que de la otra, más arraigada en la tradición asiática, lo hará su homólogo Dmitri Tcherniakov en su esperado regreso a Madrid.

En el cartellone figuran dos óperas de Mozart (Idomeneo en la versión historicista de Jacobs y Mitridate, en un nuevo montaje de Claus Guth que servirá de despedida al maestro Bolton como titular de la orquesta), una de Baldassare Galuppi (L'uomo femmina, en la estela de Aquiles en Esciros de Corselli que tan buen resultado dio el año pasado), otra recuperación de Domènec-Terradellas (La Merope), las cuatro ya citadas de Händel y tres de Verdi: Attila (con Sondra Radvanovsky en el papel de Odabella), I lombardi (en versión de concierto) y La traviata, ya en junio, con el habitual despliegue de nombres, fechas y precios populares para clausurar la temporada por todo lo alto. Será con el ya clásico montaje de Willy Decker y un reparto en el que figuran Nadine Sierra, Xabier Anduaga y Juan Diego Flórez.

A la espera de cuadrar las fechas con los Teatros del Canal y el Teatro Español para otros dos títulos en colaboración con el Teatro Real (uno del siglo XX y otro más reciente), sí está confirmada la fecha del estreno (13 de febrero) de Tejas verdes, un encargo de la institución al compositor Jesús Torres que se presentará junto a La vida breve de Falla. «No se trata, como en otras ocasiones, de un formato bisagra para unir dos óperas, sino de una dramaturgia original y unitaria que conecta el universo de los libretos de Fernández Shaw y de Fermín Cabal», ha querido aclarar Matabosch. «Por medio de una propuesta escénica de Rafael R. Villalobos, el público se adentrará en un espacio claustrofóbico, en el segundo caso carcelario, donde la tiranía campa a sus anchas»