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Alizzz: "No quiero que la gente piense que soy un artista español. Yo soy un artista catalán"

El de Castelldefels reivindica formar parte de la cultura catalana aunque personas como el cantautor y ex diputado Lluís Llach (Junts) se lo nieguen. Es uno de los productores españoles de mayor éxito. Tiene tres Latin Grammy y ha renovado la industria musical. En mayo publica su segundo disco como solista

Entrevista completa a Alizzz
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Empieza a caer la tarde en Madrid cuando Alizzz (Castelldefels, 1984) aparece sonriente con gafas de sol y un jersey rojo vibrante. Estamos en la puerta de las oficinas de Little Spain, la productora audiovisual de su amigo y compañero de éxitos C. Tangana. Subimos en ascensor y al entrar se saludan fugazmente y se trasladan un "al terminar, hablamos" con la mirada. No necesitan mucho para entenderse dos de los artistas más determinantes en el cambio del panorama musical español de los últimos años. Juntos han renovado el pop, y por el camino se han llevado premios como los tres Grammy Latinos que les valió el disco El Madrileño.

"Siempre veo como un halago que nos relacionen", dice Alizzz, que en realidad se llama Cristian Quirante. "No es algo de lo que huya. Incluso muchas veces saco yo mismo el tema porque me siento orgulloso de ello", añade. El catalán, que logró la popularidad como productor ya estando en la treintena, dio un giro a su carrera en plena pandemia. Dejó de viajar, volvió a su ciudad, y se lanzó a sacar sus propias canciones como solista. "Empecé a estar mucho en mi estudio, podía ver más a mis amigos e incluso tenía menos estrés. Me empecé a sentir bien", recuerda de aquella época.

En 2021 publicó su primer disco, Tiene que haber algo más, que tuvo una muy buena acogida por parte de crítica y público. Especialmente sonó El encuentro, su tema con la ex triunfita Amaia Romero. Ahora, Alizzz busca volver a dar que hablar con Conducción temeraria, un álbum con "letras un poco más oscuras", dice, que saldrá publicado a principios del próximo mes de mayo. "Yo siempre estoy haciendo canciones, aunque nunca sé para qué. Voy viendo cómo se tejen las cosas por el camino. Pero me di cuenta de que tenía delante un disco cuando empecé a tocar con los músicos de mi banda. Sobre todo con mi guitarrista, Ferran Gisbert, que al final acaba produciendo conmigo casi todo el disco. De repente se abrió algo en mí: pasé de estar solo delante de un ordenador con samples y sintes a destrozar guitarras", explica.

Para saber más

En su último trabajo, compuesto por diez canciones, aborda nuevas estructuras de composición, pero especialmente estruja este instrumento de cuerda, experimentando con sus sonidos al máximo. "A mí me gusta mucho el pop. Pero sobre todo me gustan los proyectos artísticos que proponen algo, que no son simplemente buenas canciones. Encontré que nunca había estrujado guitarras como había hecho con ritmos o librerías de sonidos. Además, es lo mío. Yo soy guitarrista", señala sobre la identidad y el objetivo de un proyecto que también se nutre del universo cinematográfico de David Lynch.

Pese a ese ánimo por llevar a cabo nuevas propuestas en el ámbito artístico, el músico afirma que "las innovaciones radicales las tienen que hacer los chavales". "Yo creo que ese ya no es mi papel", explica el autor de éxitos como Mala Mujer, Booty o Hong Kong. "Tienes que estar muy pegado a cosas que ahora mismo yo no sé ni que existen. Ser un loco de buscar y de indagar en la deep web", añade.

BERNARDO DÍAZ

Podría sorprender que alguien que conoce tan bien la fórmula del triunfo trate de alejarse de lo comercial. Sin embargo, Alizzz lo ve como algo completamente natural. "Siempre me he sentido cómodo en ese borde entre la vanguardia y la música popular. Incluso en algún momento he estado muy metido en el mainstream y en esa rueda un poco loca de buscar el hit. Pero me he cansado. Me he separado bastante de lo que es la música de la radio y de las listas de tops. Sobre todo con mi proyecto", explica pausadamente.

Por una parte, cree que tiene sentido que su música se enmarque más "en lo alternativo" por sus gustos e influencias además de la identidad propia que ha creado. Por otra, es bastante crítico con la música popular actual. "Me he desconectado porque no me parece interesante. Creo que ya está todo muy establecido. No es tan excitante. Yo lo he disfrutado mucho durante años, pero ahora siento que lo que era un cambio, una explosión creativa, se ha vuelto lo de siempre. No sé si estamos en el punto en que todo es un puto aburrimiento o estamos sólo en un valle, pero la música pop es más de lo mismo", dice.

En cualquier caso, demuestra que no se ha desligado del todo de lo comercial cuando desvela que está detrás de la producción de Madre, la colaboración entre las puertorriqueñas Villano Antillano y Young Miko incluida en el nuevo disco de esta última. "Pero ya no estoy todo el rato haciendo ese tipo de temas", ríe. "Es verdad que las cosas importantes que has conseguido están ahí. Son como milestones, ¿no? Tus grandes logros. Y es peligroso porque a veces se produce una lucha contigo mismo por querer emular todo lo que has hecho antes. Eso lleva un poco a la frustración", reconoce.

"Ahora todo en el pop es más de lo mismo"

"Yo considero que soy una persona a la que no le gusta llegar a un sitio, metafóricamente hablando, y quedarse ahí. Disfruto con el camino recorrido. Cuando consigo algo para mí pierde el interés. Pero es verdad que a veces hay una vocecita interior que te dice: 'Tienes que llegar hasta aquí', 'te tienen que haber llamado de tal sitio', o 'tienes que estar ganando no sé cuánto'. Tengo mis neuras entre esa parte del ego que puede ser la búsqueda del éxito y encontrar lo que de verdad me haga sentir realizado", confiesa.

Volviendo a su nuevo trabajo, el disco cuenta con tres colaboraciones. Aunque, revela, "hay grabadas otras que no han acabado saliendo y quizás aparezcan en una versión extendida". En las que encontramos hay un músico internacional además de dos artistas catalanas. Una de ellas es María Arnal, cuyo single ya ha publicado a modo de adelanto.

"Me apetecía dar valor a Cataluña porque creo que necesitamos creérnoslo un poco más desde allí", aclara sobre su decisión a la hora de escoger quién le ha acompañado. "Creo que tuvimos un bum muy grande con el Sónar, el Primavera Sound y toda la escena de música independiente pero se ha diluido un poco. Tenemos que renacer de esas cenizas. Volver a hacer cosas importantes desde mi tierra", apunta.

BERNARDO DÍAZ

Incluso Alizzz se atreve con el catalán en uno de los temas. Y no es la primera vez. Ya lo hizo en Qué pasa nen, un single publicado hace ahora un año con el que despertó un gran revuelo. En el tema, reclama un reconocimiento como artista local de éxito.

"Quería expresar que yo formo parte de la cultura catalana y sabía que había personas que me iban a decir que no, como pasó con Lluís Llach. No quería que la gente pensase que yo soy un artista español. Yo soy un artista catalán. Conozco perfectamente la cultura catalana y, además, soy parte de esas élites que están proponiendo cosas", explica. Confiesa que "hubo muchas críticas, algunas muy interesantes" y reconoce que le sirvió para que el público le tomase "más en serio a nivel artístico y de discurso". "Lo único que me daba miedo era que no generase conversación. Eso hubiera sido un fiasco de la hostia. Pero acabé muy satisfecho. Un tema político no lo hace cualquiera. La música pop no se moja en esas cosas", dice.

Donde sí admite autocensura es fuera de las canciones. "Alguna vez he escrito un tuit y lo he borrado. Aunque muchas veces piensas algo que es verdad luego te planteas si el mundo realmente necesita saber que tú opinas eso. Así que sí, alguna vez me he censurado porque sé que todo lo que diga pasa un escrutinio. En alguna entrevista también pienso: 'Esto no lo voy a decir porque me voy a meter en un berenjenal absolutamente gratuito'", responde.

"Soy un artista catalán y formo parte de la cultura catalana aunque personas como Lluís Llach digan que no"

Uno de los temas más controvertidos y que más vértigo generan en el mundo artístico es cómo la inteligencia artificial puede cambiar el arte. "Si una IA puede hacer una canción mejor que yo, me pondré a un lado. Creo que no se puede luchar con eso", dice Alizzz. Señala que todavía no ha "interiorizado mucho" cómo puede afectar a su trabajo en un futuro; sin embargo, reconoce que ya ha jugado con la IA en alguna ocasión "para hacer chorradas". "Es que en 30 segundos te hace una canción latin pop que habla de una chica que se llama no sé qué y cumple años tal día", relata divertido.

"No sé si las IA realmente van a llegar a hacer algo de valor. Imagino que sí. Creo que vamos a vivir momentos históricos a nivel cultural con esto. No me genera miedo, sino que me parece algo excitante. Es algo que vamos a ver en primera persona. No va a pasar cuanto tengamos 80 años", añade.

Alizzz
Alizzz, fotografiado en MadridBERNARDO DÍAZ

Más allá de sus próximos pasos en la industria musical, no cierra las puertas a pasarse a la actuación en un futuro. "Tengo alguna inquietud por actuar", confiesa, "siento que es lo que más se parece a estar encima de un escenario además que creo que es algo muy interesante a nivel personal. Se me puede dar bien. Soy una persona muy tímida, pero la cámara o un escenario me generan momentos de euforia y hacen que me crezca", declara.

En cualquier caso, defiende que no se arrepiente nada de haber apostado por sí mismo como solista. "Me ha compensado tanto a nivel creativo como personal. Ponerte a escribir hace que aprendas mucho de ti mismo. Me parece que he crecido una barbaridad. Hasta ahora, todo ha sido un regalo", concluye.

Cuando abandonamos las oficinas de la productora, dejamos a Alizzz charlando con viejos amigos. El tema de conversación gira, cómo no, en torno a decidir dónde ver el partido de Champions que juega el Barça, su equipo, en apenas media hora. Quizá forma parte de su reivindicación cultural de Cataluña.