ACB 2023 - 2024

ACB

Entrevista

Lluís Costa: "Hace tres años dije: 'Hasta aquí hemos llegado'"

Actualizado

El capitán del Covirán Granada es, estadísticamente, el mejor base nacional de la Liga Endesa en la que tanto le costó asentarse. El catalán, que sueña con la selección, repasa su trayectoria antes de recibir al Madrid.

Costa, durante un partido reciente con el Covirán Granda.
Costa, durante un partido reciente con el Covirán Granda.ACB PHOTO

"Mira, si me dicen hace tres años que me va a pasar esto, les digo que están locos". Lluís Costa (Sant Just Desvern, 1993) es, estadísticamente, el mejor base nacional de la ACB, el noveno de la lista global de valoración (16,7), un cañón a los mandos del Covirán Granada que este domingo recibe al Real Madrid (12.30 h., Movistar) en una situación más incómoda de lo que desearía: sólo ha ganado un partido en lo que va de Liga Endesa.

Para saber más
Para saber más

Esas "malas sensaciones" agrían el presente del catalán, tan pletórico en lo personal, tan preocupado en lo colectivo. "Es que soy el base y mi función es que el equipo gane", cuenta a EL MUNDO, antes de hacer repaso por una trayectoria de película con final feliz en la insospechada Granada cuando Lluís ya tenía todo preparado para el punto final.

¿Tan complicado lo vio como para pensar en la retirada?
Es que mi trayectoria ha sido peculiar. Tengo 30 años y con 27 estaba en el Barça B, en LEB Plata. Ahí prácticamente mi carrera estaba medio finiquitada. Y además explota el covid. Lo hablé con mi familia y mis amigos, que si no me llegaba algo suculento, y no de dinero, un proyecto chulo que me ilusionara, lo dejaba. Dije: 'Hasta aquí hemos llegado'. Me habían echado de Hungría, me había cortado el Betis, años duros, y costaba encontrar mi sitio. Entonces llegó la oferta de Granada y era exactamente lo que buscaba. Y tuve la suerte de caer de pie.
¿Cómo acabó en Hungría?
Había ascendido con el Burgos. Y desapareció. Después vuelvo a subir a ACB con el Manresa y justo acabo contrato y no sigo. El Betis lo mismo, ascendemos y me cortan. Veía que en España, por el nivel o lo que fuera, no me daban la oportunidad de ir a ACB con la madurez que necesitaba. La gente pensaba que yo no podía jugar en esta Liga y al final te lo acabas creyendo. Veía que era muy difícil y decidí probar suerte en el extranjero. Económicamente la oferta del Debreceni Egyetem era mejor que en LEB Oro. Y todo fue muy mal.
¿Tan mal?
No estaba jugando demasiado mal, pero después del cuarto partido me dan un ultimátum: si no mejoras el nivel, te echamos. Y al siguiente partido me cortaron. Me hicieron mobbing laboral para que me fuera. Me bajaron a entrenar con el infantil, no me dejaban acercarme al equipo ni entrar al gimnasio, me intentaron cambiar de casa y ponerme en una pocilga, me amenazaron con que no me iban a dejar trabajar en la UE porque me iban a denunciar... Todo para que me fuera sin cobrar nada.
¿Cómo se recuperó de eso?
Volví al Barça B. Me llamó Diego Ocampo para que entrenara con ellos, era cerca de mi casa. Después se lesionó Juani Marco y me hicieron ficha. Estuve ahí hasta el covid. Tenía 27 años y ya lo había intentado. Estaba orgulloso. Pero siempre he tenido muchas inquietudes. Era el momento de ir a otras cosas.
Y le llama el Granada. ¿Cómo explica su rendimiento actual?
He encontrado mi sitio. Creo que la clave es que cuando menos he pensado en baloncesto, es cuando mejor he jugado. En Granada he encontrado esa estabilidad. Aquí vine con mi pareja, que nunca me había acompañado, y eso me ha dado tranquilidad, un día a día con más cosas. Me gusta mucho el baloncesto y lo veo mucho, pero no sólo es esto. Y luego las tonterías de la nutrición, me centraba muchísimo, hacerlo todo perfecto. Y este punto de obsesión me iba mal. Ahora como bien, pero como normal. Y si algún día me tengo que comer una hamburguesa, me la como. Restarle un poco de importancia al baloncesto a mí me ha ido bien.
13 puntos por partido, casi cinco asistencias, un 56% en tiros... ¿Asustan sus estadísticas?
Es difícil creer. Me llegan mensajes de amigos que juegan al Supermanager y me ponen al día: 'Oye, no me puedes fallar'. Hasta a mí me choca. Estos números sólo los hice un año en LEB. Con Pablo Pin y el cuerpo técnico hemos conectado, he encontrado el estilo de juego que a mí me va bien. Los números son realmente buenos. Quiero disfrutar de este momento, pero tengo los pies en el suelo, porque esto es muy difícil mantenerlo.
¿Por qué le está costando tanto al equipo en este inicio de temporada?
Cuando pierdes un partido que tienes dominado y eso te pasa varias veces, te acaba mermando. Cuesta mucho ganar en esta liga y cuando lo tienes tan cerca y no lo consigues es un bajón importante. Pero de nada sirve lamentarse, hay que ir con la mente lo más limpia posible a los siguientes. Estábamos con muy buenas sensaciones en pretemporada y el inicio no ha sido el que queríamos. Ahora toca remar.
No parece el Madrid el rival propicio para remontar el vuelo...
Buf, a mí me parece un auténtico equipazo. Creo que es el mejor Real Madrid de los últimos años y aún así el año pasado ganaron la Euroliga, así que... Encima ellos han descansado esta semana en Euroliga y podrán llegar frescos. Será muy muy difícil dar la sorpresa. Pero el objetivo, más que ganar, es prepararnos para el siguiente. Aprovechar el partido y competir.
ACB PHOTO

Esta temporada no hay ventana de la selección en noviembre...
Es una pena que en el momento en el que estoy no haya una ventana ahora. Hablábamos antes de la suerte... Ojalá en febrero pueda ir. Imagínate, sería un premio espectacular. Brutal. Lo miro de reojo, no es el objetivo principal porque sé que es muy difícil. El año pasado estuve en una prelista... Poder decir a tus hijos que has estado en la absoluta... Ojalá pudiera ir.
¿Cómo empezó en el baloncesto?
Por mi hermana, que es cinco años mayor. Siempre la iba a ver, y lo de siempre, entre cuarto y cuarto aprovechaba para hacer unos tiros, con la pelota de basket siempre debajo del brazo. Empecé en el club de mi pueblo, Sant Just Desvern, de ahí fui al Cornellá que en ese momento era como un filial del Barça. Y de ahí al infantil del Barça, en el que estuve hasta el Barça B, nueve años. También fui con las categorías inferiores de la selección, ganamos el oro sub 16 y el bronce sub 20. Son experiencias que son muy bonitas y conservo amistades de esa época.
Cuatro ascensos de LEB a ACB, pero pocas oportunidades. ¿Por qué se apuesta tan poco por el jugador nacional?
Se mira poco a la LEB, la tienen un poco menospreciada. Se tiende a mirar más a las ligas extranjeras. Pero se está demostrando que si hay oportunidades, con un proceso de adaptación como todo en la vida, somos jugadores válidos.
Su otra pasión son los negocios.
Me encanta emprender. Hace poco terminé la carrera de marketing y constantemente estoy leyendo, escuchando podcast del mundo empresarial... Y esto me viene de pequeño. Recuerdo que íbamos con el coche, con seis o siete años, y les decía que cuando fuera mayor iba a montar una empresa de persianas. Porque claro, veía que todas las casas tenían persianas. Es algo innato. He iniciado varias cosas. Monté una marca de camisetas que fue mal. Cuando estuve en Burgos estuve a punto de importar morcillas a Cataluña. Y ahora parece que me va un poco mejor en el sector hotelero, tengo hostales en Barcelona. También es un poco planificar la retirada, que la vi tan cerca hace poco. La tengo muy presente y quiero tener algo el día de mañana.