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Aitana Bonmatí, la líder indetectable: firme en defensa de una "sociedad igualitaria" pero en la sombra

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La próxima Balón de Oro insiste en pelear "las batallas que tenemos por delante" cuando hoy finalice el partido ante Suiza. Su apoyo a Montse Tomé es tibio, pero reconoce más calma en el entorno.

Aitana Bonmatí, en una imagen reciente.
Aitana Bonmatí, en una imagen reciente.EFE

«No dejaremos las batallas que tenemos por delante». Aitana Bonmatí quiere pensar en fútbol, en vencer a Suiza esta noche en Córdoba y cerrar con éxito un comienzo tortuoso en la Nations League fuera del campo. En el césped borraron las dudas, fuera aún queda camino por recorrer y se les escapa entre líneas. Pese a que Alexia Putellas e Irene Paredes han sido la voz del vestuario en esta crisis, la mejor jugadora del Mundial y próximo Balón de Oro ha tenido un peso tan importante como indetectable.

Con su inseparable almohada, se plantó en Oliva seria, con un objetivo que lleva persiguiendo desde que hace un año fuera parte de las 15 que desafiaron a la RFEF y que ayer verbalizo: «Hay un compromiso para que todo vaya mejor, para que dejemos un legado y buenas condiciones para todas las generaciones que vienen. Somos un ejemplo para la sociedad, igualitaria, con los mismos derechos». Ése es el objetivo por el que la mayoría de jugadoras decidieron disputar estos partidos.

«Los primeros días fueron complicados, no pudimos dormir, estrés, ansiedad, no sé cómo pudimos jugar tan bien con todo lo que llevábamos encima. Ahora estamos más tranquilas, nos hemos focalizado más en el fútbol, pero no dejamos las batallas que tenemos por delante», advirtió. Es un aviso porque saben que, como recordó su compañera Mariona, es ahora cuando tienen «un altavoz y una responsabilidad: dejar al fútbol y a la mujer en un lugar mejor al que nos encontramos cuando llegamos».

Tercera capitana

Cómo se amplifican sus mensajes es algo que Bonmatí notó en la gala de la UEFA, cuando con Erling Haaland de testigo silencioso, se pronunció contra el «abuso de poder» y al lado de Jenni Hermoso. Aquellas palabras ya dejaban claro que, desde un segundo plano, su voz se escucha tanto en el vestuario que fue elegida tercera capitana, aunque, como precisó Tomé, sea para esta convocatoria.

Todo se calmó cuando la pelota echó a rodar y se destensó con la victoria ante las suecas. Tanto que la continuidad de Montse Tomé ya no está tan entredicho. El presidente del CSD, Víctor Francos, la llamó tras el triunfo en Göteborg y le dio su apoyo. Un mensaje que la seleccionadora agradeció porque «ese impulso en un momento así se necesita».

¿Y el de las jugadoras? Tomé lo percibió así: «Los primeros días notábamos algo raro que se tenía que solucionar. Hemos logrado hablar, mirarnos, ser sinceras y dar un paso adelante. Ellas han sido 100% profesionales siempre y, desde la victoria, los días han sido más tranquilos».

«No nos incumbe»

Ligeros matices le puso Aitana, que no fue tan contundente sobre su respaldo a la entrenadora. «No podría decir otra cosa. Sigo lo que dijeron Alexia e Irene: no nos incumbe. Al principio fue complicado, por cómo se dio la convocatoria, pero ahora la cosa está más calmada entre nosotras, con el cuerpo técnico y con toda la delegación. Queremos centrarnos sólo en el fútbol».

Mientras las internacionales tratan de cerrar con éxito esta primera ventana de la Nations League y mantener viva la esperanza de pelear por estar en los Juegos de París, en la Audiencia Nacional continúa el proceso abierto contra Luis Rubiales por el presunto abuso a Jenni Hermoso. Ayer declararon los primeros testigos, el hermano de la jugadora, una amiga y dos peritos citados por la defensa del ex presidente. El entorno de la futbolista aclaró ante el juez que recibieron presiones de empleados de la RFEF. Por su parte, los expertos citados por la defensa de Rubiales ratificaron que el beso a la jugadora fue consentido.

El próximo jueves declararán empleados de la RFEF, entre ellos el director deportivo, Albert Luque. El lunes 2 de octubre será el turno de las compañeras de Jenni: Alexia Putellas, Irene Paredes y Misa Rodríguez contarán lo que ocurrió y podrán testificar por videoconferencia.