MUNDIAL 2022

Mundial 2022 Qatar

La carrera hacia la historia de 'La Araña' Julián Álvarez: una prueba en Valdebebas, instruido por Gallardo y moldeado por Guardiola

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Actualizado

El delantero de 22 años lleva cuatro goles en esta Copa del Mundo, a la altura de leyendas argentinas como Bertoni, Caniggia o Hernán Crespo.

Julián Álvarez celebra uno de sus dos goles a Croacia.
Julián Álvarez celebra uno de sus dos goles a Croacia.H. AMMARAP

En el Centro Nacional de Convenciones de Qatar hay una araña. Es enorme y fea. Hay periodistas que hacen como si no estuviera. Otros la miran con tanta curiosidad como desprecio. Alguien debió pensar que aquellas patas retorcidas de mentira, viva el arte, daban un aire moderno al espacio. Aunque viendo lo que está ocurriendo con la selección albiceleste y que a Julián Álvarez llevan llamándole La Araña desde que era un niño, es difícil saber qué pensar. Las cábalas argentinas alcanzan todo

s los rincones de Doha.

Aunque el éxito de ese futbolista de cara aniñada (22 años) poco tiene que ver con la superstición, y mucho con la conjunción del talento innato con una confianza que incluso raya lo absurdo. No hay más que ver la acción del 2-0 en las semifinales frente a
Croacia
. Julián Álvarez, pese a ser el delantero centro, estaba metido dentro del área pequeña propia con la intención de defender un córner. Como el saque de esquina fue botado en corto, el chico salió de donde estaba para evitar el centro, ya desde el vértice. Llegó a tiempo para que la pelota le rebotara en el cuerpo, así que ya pudo echar a correr hacia la portería rival, que estaba aún a
80 metros
. La pelota la cogió en la línea de medios, y pese a estar rodeado de tres jugadores croatas, pese a tener opciones de pase tanto a su izquierda como frente a sus ojos, Julián Álvarez siguió a lo suyo. Tal fue su determinación que los rebotes contra
Juranovic
y
Sosa
sólo pudieron favorecerle, como si aquel fuera su homenaje a
Kempes
en la final de 1978 en el Monumental.

Messi felicita a Julián Álvarez.
Messi felicita a Julián Álvarez.
MARTIN MEISSNER
AP

«Pasaban los contrarios y yo iba viendo que la pelota se quedaba siempre junto a mí. Y bueno, vino el gol». Quizá no hubiera otra manera de explicar lo inexplicable que la que empleó el nueve. Antes de regresar a la caseta y ponerse a cantar junto a sus compañeros el himno de los Muchachos, Messi le agasajó. Ya venía el capitán de abrazarle y bendecirle por haber sido él quien propició el penalti del 1-0, y por haber sido él también quien, con su remate a gol, convirtió
el lío
messianico
a Gvardiol
en historia de los Mundiales. «Su partido fue extraordinario», le regaló el rosarino. Y continuó: «Su aparición en este Mundial ha sido espectacular. Se lo merece todo».

Las carantoñas de Messi tienen tanto sentido como el papel de
Lionel Scaloni
. El seleccionador argentino, que había acudido a Qatar con la idea que fueran
Lautaro Martínez
y el magullado
Di María
quienes acompañaran a Messi en ataque, no tuvo más que sufrir la derrota inaugural frente a Arabia para convencerse de la necesidad del cambio. Lautaro, determinante en la fase de clasificación, dejó el once inicial tras el triunfo frente a México de la segunda jornada. No ha marcado. Julián Álvarez asumió el papel de ariete desde entonces. Ya lleva cuatro goles, poniéndose al alcance de los anotadores históricos de Argentina en los Mundiales (son los mismos goles que
Bertoni
,
Caniggia
y
Hernán Crespo
; uno menos que Higuaín y dos menos que Kempes).

Aún hubo algún registro. Julián Álvarez, al marcar dos goles en una semifinal de un Mundial, se puso a la altura de
Stábile
y
Peucelle
(6-1 a Estados Unidos) en Uruguay 1930, y de Maradona (2-0 a Bélgica) en México 1986. Desde
Pelé
en 1958 (17 años y 249 días) ningún futbolista tan joven (22 años y 316 días) había marcado dos goles en la antesala de la final.

"No sólo marca goles"

«Julián no sólo marca goles. Sabe jugar muy, muy bien. Con él y
Haaland
tienes la garantía de que en cualquier momentos van a decidir el partido». Así hablaba
Pep Guardiola
esta temporada sobre Julián Álvarez, fichado por el Manchester City el pasado 31 de enero (20 millones de euros) después de vender a Ferran Torres al Barcelona (55 millones más 15 en incentivos).

El delantero se crió en un pueblo de ganaderos llamado Calchín. Su hermano
Rafael
le llamaba La Araña porque sus piernas llegaban a todas partes.
Con 11 años pasó un mes en Valdebebas
probando con el Real Madrid, pero su familia prefirió no moverse de Argentina. Aprendió a desarrollar sus cualidades con Marcelo Gallardo en
River Plate
. Y Guardiola, pese a fichar después a Haaland, no quiso saber nada de buscarle una cesión en Europa. «Es una persona con una ética de trabajo especial. Es agresivo con el balón y toma decisiones. Juega como si tuviera un láser entre los rivales (...). Estoy encantado de tener un talento como el suyo para los próximos años», ha insistido Guardiola. Pese a la abrumadora presencia de Haaland, ha marcado ya el argentino siete goles en 20 partidos con el City.

Julián ha pasado de pedir autógrafos a Messi a ayudar a su ídolo en el reto más importante de su carrera. Argentina tiene estas cosas.

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