COPA DAVIS

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Djokovic se impone a Davidovich y condena a la descapitalizada España

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Se impuso por 6-3 y 6-4, logrando el punto definitivo y la clasificación para Serbia, a la que acompañará Chequia a las Finales de Málaga.

David Ferrer, en un momento de la jornada.
David Ferrer, en un momento de la jornada.Kai ForsterlingEFE

El equipo anfitrión y organizador de las Finales de la Copa Davis no estará en Málaga a partir del 21 de noviembre. Novak Djokovic dictó la sentencia definitiva con su victoria ante Alejandro Davidovich por 6-3 y 6-4, en una hora y 48 minutos, y dio el triunfo a Serbia contra España en la segunda eliminatoria de esta primera fase de grupos que se disputó en la irrespirable atmósfera del estadio de La Fonteta, bajo unas altísimas condiciones de calor y humedad. Antes, Laslo Djere, número dos balcánico, había vencido a Albert Ramos-Viñolas por un doble 6-4. Tras la derrota en la primera serie, ante Chequia, el equipo que capitanea DavidFerrer queda automáticamente eliminado. Nikola Cacic y Miomir Kecmanovic vencieron a Marcel Granollers y Davidovich por 6-4 y 7-6 (13), y dejaron a los locales con seis derrotas en otros tantos partidos. Serbios y checos, ya con dos cruces ganados cada uno, siguen adelante en el grupo C. El España-Corea del Sur del domingo será puramente testimonial.

La España hexacampeona de la Copa Davis, la España de Rafael Nadal, uno de los mejores tenistas de siempre, y de Carlos Alcaraz, que lleva camino de hacer historia en este deporte, descarriló en Valencia. Sin ninguno de ellos, el primero por lesión, el segundo por la fatiga acumulada en la gira por Norteamérica, sin Roberto Bautista ni Pablo Carreño, la otrora burguesía de nuestro tenis, también con problemas físicos, con una formación casi en los huesos, el debut de David Ferrer como capitán fue desalentador.

Poco que objetar al técnico, al frente de un grupo descapitalizado, inimaginable cuando tomó el relevo de Sergi Bruguera a principios de año. Algo más a los jugadores, con rango suficiente para haber sacado adelante la disputa con los checos, crucial para el desenlace de este Grupo C.

Racha triunfal

Djokovic presentaba una intimidatoria racha de 12 victorias consecutivas, tras salir campeón en el Masters 1000 de Cincinnati y en el Abierto de Estados Unidos. Su última derrota se produjo ante Alcaraz en la final de Wimbledon. Más aún de su lado: acumulaba 19 triunfos seguidos en la Copa Davis, datando su último tropiezo de las semifinales de 2011 ante Argentina, cuando, aún con el antiguo formato de competición, cedió frente a Juan Martín del Potro.

Si a esto añadimos que Nole había ganado cuatro de sus cinco partidos ante Davidovich, sin ceder un set en los disputados en pista cubierta y siendo el más reciente en Ohio, donde el malagueño se retiró por lesión tras perder el primer parcial, la papeleta del anfitrión, tren postrero en las remotas opciones de España, se las traía.

Djokovic lo puso todo en el séptimo juego, que se dilató lo suyo hasta que convirtió la segunda pelota de rotura. Hasta ahí se sostuvo Davidovich, con buen planteamiento, atacando cada pelota que se le ponía a tiro. Pero el serbio lee como pocos los partidos. Salvando las distancias, que son muchas, por el escenario, la situación y el rival, se manejó con el oficio demostrado en el eterno segundo set del Abierto de Estados Unidos contra Daniil Medvedev.

Tibia reacción

Davidovich se dio el gusto de situarse por delante en el segundo, 4-1, pero, lejos de saber administrar su ventaja, quedó engullido por sus propios errores y por la crecida de su oponente, que encadenó cinco juegos consecutivos para cerrar cualquier duda.

En el primer encuentro, un Djere con mejor ritmo competitivo, que había perdido su último partido ante Ramos, en esta misma competición, el pasado año, marcó diferencias con el servicio. Su alto porcentaje de acierto le permitió navegar con comodidad y hacer buena la rotura en el quinto juego. El serbio sólo perdió un punto con su saque en el primer set.

Aparte de su triunfo ante Soon Woo Kwon en el cruce del martes ante Corea del Sur, las últimas noticias de Djere remitían a la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos, donde obligó a su compatriota Novak Djokovic a levantar dos sets adversos. Finalista a principios del verano en Gstaad, Ramos, 95º, 35 años, cuatro títulos ATP 250, tuvo su mejor temporada en 2017, cuando saltó hasta el 17º puesto del ránking y disputó ante Rafael Nadal en Montecarlo su única final de un Masters 1000. El barcelonés no entraba en los planes iniciales de Ferrer. Se incorporó al equipo para reemplazar a Alcaraz.

Aguantaría mejor el español en el segundo set, cuando lograba abrir pista con su servicio de zurdo y dominar los puntos. Pero su adversario, 37º, un jugador a quien le cuesta recuperar bola pero se mueve bien con la iniciativa, volvió a tener su oportunidad en el séptimo juego. Salvó Ramos con un gran servicio su primera tentativa, pero no así la siguiente, que le dejó en una situación desesperada. Ahí terminaron sus opciones y continuó el declinante camino de España hacia el vacío.