ESPAÑA
Política

Teatro, "bochornoso espectáculo" e incomprensión: el fiasco de la jugada de Sánchez en la prensa internacional

Los medios extranjeros recogen la decisión del presidente con menos interés que su posible dimisión y su imagen a nivel europeo queda tocada

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su comparecencia en Moncloa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su comparecencia en Moncloa.EFE
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Desde su primer día en el cargo, el presidente Pedro Sánchez ha mantenido una especie de idilio a distancia con Europa. Los medios de comunicación y las élites, especialmente en Bruselas, tienen una imagen muy positiva, infinitamente mejor que en casa. Es visto como alguien serio y competente, proeuropeo, que no da problemas ni provoca tensiones, y a pesar de ello ha hecho poquísimo, o nada, para exprimir ese intangible y ese enorme activo. Al revés, incluso hablando otros idiomas ha mantenido siempre distancias con la prensa internacional. Pero es fotogénico, simpático en público, se le considera un moderado, y las informaciones, editoriales o columnas de opinión han sido casi siempre favorables. O como mucho, poco críticos. Hasta ahora, al menos.

La decisión del presidente, las dos decisiones en realidad, le van a pasar factura a esa imagen, tanto en las cancillerías como en la opinión pública. «El bochornoso espectáculo de Pedro Sánchez», tituló el influyente semanario alemán Der Spiegel su crónica sobre la no-dimisión este lunes. El artículo, que incluye un duro reproche a la derecha también, dice que el presidente «ha convertido la política española en una telenovela durante los últimos cinco días» y comparó su actuación como la rabieta de «un adolescente caprichoso que, furioso, se encierra en la habitación». Agencias como Bloomberg ironizaban sobre cómo en vez de tomarse un periodo de reflexión, tal y como decía en su carta, el presidente en realidad les estaba dando a los españoles cinco días para que fueran asumiendo cómo sería la vida sin él.


OPINIÓN

La crítica del seminario germano coincide con el análisis que hacen en Europa no sólo los partidos rivales, sino los centros de opinión. «Sin Sánchez, como ha quedado claro estos días, su partido se queda sin nada. No hay sucesor natural y sólo él fija el rumbo. Durante mucho tiempo fue inteligente, pero ahora, por primera vez, se tiene la sensación de que esto pronto podría convertirse en un problema para la socialdemocracia española». Europa ahora ha visto una debilidad mayor de la transmitida. «El resultado de las urnas tras las elecciones mostraba flaquezas, y la negociación de la Ley de Amnistía el nulo margen de maniobra. Pero esto evidencia desesperación», resume una fuente comunitaria.

El tiempo dirá qué efectos tiene lo ocurrido en la política nacional, pero fuera Sánchez ha destruido sin querer parte de su reputación. The New York Times, en su crónica de urgencia, definía al líder socialista como «un progresista con reputación de superviviente astuto». Pero al ligar su frustración a la decisión de los tribunales sobre su esposa, lo que consiguió fue que toda la prensa mundial explicara, sobre todo en sus titulares, que el presidente barajaba dimitir tras la apertura de una investigación por corrupción. La mayoría de la información internacional se transmite en píldoras, y pocos comprendieron lo que el presidente denunciaba. Y ahora, con lo que todos consideran una marcha atrás inesperada, proliferan los titulares, pero también los whatsapps, que lo definen como «rey del drama».

Entre funcionarios, diplomáticos y gobiernos predominaba una mezcla de sorpresa e incomprensión el fin de semana, mezclado con pura curiosidad por lo que iba a pasar. Pero ayer el mix era de indiferencia y sorna. Los detalles de la escenificación, la pausa teatral de cinco minutos de discurso antes de explicar su decisión, fueron compartidos en crónicas y explicaciones bilaterales. Hasta ahora Sánchez parecía ese «astuto superviviente», pero ahora a pocos les queda la sensación de resistencia. «Está tocado, su Gobierno está tocado, no hay presupuesto y todavía no se ha terminado la amnistía ni ha vuelto Puigdemont. Antes parecía difícil acabar la legislatura, ahora parece imposible», apunta un diplomático europeo. «Resiliente pero tocado», dice Liberation hablando de su dominio de «los golpes teatrales y las acrobacias políticas».

«La renuncia habría dejado al país con un gobierno provisional hasta que se pudiera disolver el parlamento y celebrar nuevas elecciones durante el verano. Ese escenario probablemente habría dejado a España sin una voz fuerte en Bruselas en un momento en que se están asignando los principales puestos de la UE», resumía Politico, una de las referencias en la burbuja comunitaria. Ese es el mensaje que circula ahora entre gobiernos e instituciones, completamente desconcertados porque saben que el español se ha caracterizado por jugadas arriesgadas, pero no entienden qué buscaba y no ven ningún beneficio. Salvo los socialistas europeos y unos contados políticos, nadie se ha mojado en público en esta inédita crisis, pero todos la han seguido de cerca. Está en los medios, las newsletter, y este lunes cuando los españoles corrían por los pasillos a sus despachos poco antes de las 11, todos sabían por qué.