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La formación superior acelera su digitalización

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Herramientas como la inteligencia artificial o las realidades virtual y aumentada están cambiando las metodologías y los contenidos de los másteres y posgrados. Una de las últimas es ChatGPT, capaz de responder a preguntas de los alumnos.

La formación superior acelera su digitalización

La pandemia del Covid-19 cambió por completo nuestra manera de ver el mundo y aceleró una serie de cambios digitales que ya se venían produciendo desde hacía un tiempo. Y lo mismo ha sucedido en la formación de posgrado, donde los modelos híbridos o totalmente online han experimentado una gran expansión durante los últimos años.

En 1995, en España solo existía una universidad virtual, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Casi 30 años después, el elearning ha revolucionado los métodos educativos tradicionales hasta el punto de que, según Research and Markets, se prevé que su mercado global alcance los 325.000 millones de dólares (unos 300.000 millones de euros) en el año 2025.

"Los cambios ya se estaban produciendo, pero, durante la pandemia, la incorporación de la tecnología fue un imperativo para poder seguir formando a los alumnos. La situación que hemos vivido ha tenido una influencia importante en la aceleración de la digitalización", explica Marta Torán, directora de Innovación Académica de la escuela de negocios IMF Smart Education. En cualquier caso, una vez pasada la urgencia del primer momento, las universidades y escuelas de negocios fueron conscientes de que la tecnología debía ir de la mano de una metodología apropiada para poder sacarle el máximo partido.

Durante ese proceso de digitalización, en el ámbito de la formación superior se ha apreciado "una dependencia total de la videoconferencia o de las clases en directo y cómo las pizarras web colaborativas se han convertido en una forma de generar grupos de trabajo dentro de las aulas virtuales", explica Fabiola Pérez, CEO y cofundadora de Mioti Tech & Business School. "También estamos viendo cómo plataformas como Moodle, Google Classroom, Google for Education o el mismo Microsoft Teams nos están ayudando a hacer un seguimiento de las clases y monitorizar la evolución de cada alumno", añade.

De esta forma, se cuantifican fácilmente las veces en las que el alumno interacciona con la plataforma y el tiempo que mira los contenidos o el que dedica a hacer cada ejercicio. Incluso ya existen algunos software "que analizan las expresiones y los puntos de mirada de cada uno de los alumnos para ver si están atendiendo y comprendiendo al profesor", continúa esta experta.

La edtech española Odilo, especializada en ecosistemas de aprendizaje ilimitado y personalizado, conocida entre los usuarios como el Netflix de la educación, analiza en su informe Tendencias de aprendizaje 2023 algunas de las claves que acelerarán la transformación digital de la formación durante este año. "Las principales tendencias pasan por la implementación de soluciones de tecnología digital, como la inteligencia artificial y las realidades aumentada y virtual, y por el acceso a contenidos y fuentes de información de mayor calidad", señala Alberto Abel, portavoz de Odilo, haciendo mención a unas tecnologías que ya se están aplicando con éxito en el ámbito de la formación de posgrado.

Tan es así que, durante los últimos años, las instituciones de educación superior han demostrado capacidad y flexibilidad para adaptarse muy rápido a los cambios tecnológicos. Los sistemas basados en la inteligencia artificial y el big data se utilizan cada vez más como parte del proceso de enseñanza, ya que permiten ofrecer una formación personalizada y realizar un seguimiento exhaustivo de la evolución del estudiante.

De esta forma, es posible incorporar analíticas de aprendizaje que identifican quién necesita refuerzo o en qué puntos hay que insistir. "Un programa de formación impulsado por inteligencia artificial permite que sea adaptable, es decir, el contenido se modifica para adecuarse a las necesidades de cada estudiante", explica José Ramón Cobo, decano de Innovación y Digitalización de ESCP Business School. A modo de ejemplo, un sistema de gestión de aprendizaje puede ofrecer tutoriales en vídeo para ciertos alumnos o transcribir automáticamente los vídeos en artículos de texto para otros.

"La inteligencia artificial está asombrándonos a todos: los chatbots para dar soporte a los alumnos en los procesos de gestión de su aprendizaje y las herramientas inteligentes para encontrar y filtrar conocimiento ya se están integrando en la educación", explica Torán.

De hecho, una de las herramientas más punteras e innovadoras que se están utilizando ahora mismo en el ámbito formativo se basa en esta tecnología. Se trata del popular ChatGPT, capaz de mantener conversaciones con el alumno, responder preguntas de forma estructurada e incluso recordar y admitir errores. "Puedes, por ejemplo, preguntarle cuál es la diferencia entre el existencialismo de Kant y el idealismo de Hegel y recibir una respuesta argumentada que sea la base sobre la que tener una discusión", explica Pérez.

Realidad virtual

Los contenidos online que ofrecen estas plataformas también están evolucionando mediante la incorporación de elementos que enriquecen la experiencia de los estudiantes: el vídeo, la interactividad, las simulaciones, las herramientas 3D... Todas estas tecnologías permiten aplicar el conocimiento en entornos cada vez más cercanos a las experiencias reales que luego los estudiantes se encontrarán en el mundo laboral.

"El metaverso se integrará en la educación porque permitirá esa inmersión que hará la experiencia de aprender mucho más rica: entornos que aplican las realidades virtual, aumentada o mixta y simuladores y laboratorios que permiten reproducir contextos reales en entornos controlados", vaticina Torán.

Del mismo modo, la tecnología 3D llegará a las aulas de la mano de herramientas como los Merge Cube, unos cubos en los que el profesor carga un contenido y lo pone sobre la mesa del estudiante para que este pueda experimentar desde la descomposición de una frase en gramática hasta la visualización de una fórmula compleja en química.

Algunas de estas innovaciones ya han dejado de ser experimentales para convertirse en realidades que están transformando el aprendizaje. Y lo mejor es que, según Torán, "la verdadera revolución está todavía por venir, pero lo que parece claro es que la tecnología tiene ya un papel relevante en el ámbito educativo".

Desarrollos propios

Durante los últimos años, las principales escuelas de negocios con presencia en España han desarrollado novedosas iniciativas tecnológicas para digitalizar su oferta formativa de posgrado.

Esic, por ejemplo, ha lanzado el primer bootcamp de Márketing Digital, que ofrece un entrenamiento con la funcionalidad de los software más utilizados por las empresas del sector del márketing. Con cuatro módulos (Performance Márketing, Automatización, ecommerce y Analytics), los estudiantes aprenden a utilizar herramientas tan demandadas como Salesforce, Google Analytics 4 o Shopify.

En la misma línea, ESCP Business School ha introducido tanto el aprendizaje adaptativo, mediante el uso de inteligencia artificial, como el análisis de datos para realizar un seguimiento del desempeño de sus alumnos y ajustar los métodos y programas a sus necesidades.

Por su parte, IMF Smart Education, especializada en elearning, promueve la digitalización de sus posgrados mediante el uso de novedosas herramientas. Es el caso de la tecnología 3D, que ha incorporado recientemente en su escuela de Biotech & Pharma, enfocada en la salud y el bienestar.

La apuesta de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) por mejorar la calidad docente gracias a las tecnologías más avanzadas también es fuerte. En concreto, durante los últimos años ha potenciado el trabajo con las realidades virtual y aumentada tanto en el campus como a distancia, así como el visionado de vídeos en streaming en alta definición.

Por su parte, desde la Universidad de Málaga destacan que una de las ventajas del uso masivo de las tecnologías es el aumento de la participación de profesionales de reconocido prestigio que aporten sus conocimientos en remoto, así como el incremento de la interacción con otros másteres. Y también ha agilizado enormemente la interacción con sus estudiantes de posgrado mediante sesiones de tutorías y presentaciones de trabajo online.

A su vez, el modelo de virtualización de la Universidad Pontificia Comillas busca centrar la atención en el estudiante para favorecer su aprendizaje y que desarrolle las competencias incluidas en su programa, ya sea en modalidad semipresencial o virtual. Para ello, realiza una adaptación del diseño instruccional (DI), conocido como Addie por sus fases: Análisis, Diseño, Desarrollo, Implementación y Evaluación.

"La sociedad está cambiando y las universidades nos enfrentamos al reto de formar a personas que enfrentarán problemas que quizás hoy no nos podemos imaginar y esto no debemos hacerlo de espaldas a los avances tecnológicos", explican desde este centro.

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