Más que de tecnología, esta historia va de personas. Se habla mucho de que el coche autónomo, (al que todavía le quedan años de desarrollo y afinamiento) está llamado a salvar miles de vidas por una sencilla razón: hasta un 90% de los siniestros son causados por el factor humano. Pero esas vidas son anónimas.
La de Pearl Outlaw, no. Y menos ahora que se ha convertido en protagonista del ultimo reto al que se ha sometido a la tecnología de conducción autónoma. Lo ha hecho la coreana Hyundai para demostrar que estos coches también serán muy importantes para proporcionar movilidad segura -y libertad e independencia- a personas con limitaciones o discapacidades.
Por ejemplo, a Pearl, quien sufre de una enfermedad ocular llamada retinosis pigmentaria, que le impide obtener el permiso de conducir. ¿Qué no puede ella? Pues entonces se lo tendrá que sacar el coche, ¿no? Dicho y hecho: el robotaxi Ioniq 5 desarrollado por la marca coreana y su aliada Motional es, que se sepa, el primer automóvil del mundo en 'obtener' el carné de conducir. Por supuesto, de forma figurada.
"Soy examinadora de conducción certificada por el DMV con 25 años de experiencia. En ese tiempo, he suspendido a miles y miles de estudiantes en interés de la seguridad pública", afirma Kandice Jones, la examinadora que tuvo que evaluar al coche, sometido a una serie de pruebas en tráfico abierto, incluyendo la conducción por carreteras cercanas a Las Vegas y por el centro de la capital del juego.
"Hemos aplicado los mismos criterios que en un examen a un ser humano. Controlar la velocidad y los cambios de carril, hacer una parada completa, giros a derecha e izquierda, mantener el carril y, por supuesto, también había que ver el tiempo de reacción". Los resultados la dejaron impresionada, afirma Jones, quien destacó el buen desempeño del coche en todas las pruebas a las que fue sometido. Es de esperar, además, que no coja malos vicios con el paso de los años y los kilómetros...