Apenas 20 kilómetros separan Ceuta de Tamuda Bay. Esta zona, que se extiende en la carretera costera a Tetuán, es el nuevo destino turístico de moda de Marruecos y el favorito de Mohamed VI desde niño. En su fabuloso palacio se aloja en verano el rey alauí y no es difícil toparse con él en alguno de los chiringuitos playeros que suele frecuentar o practicando deportes acuáticos. Las motos de agua le encantan, nos cuentan. El rey es muy querido en la zona porque, además, ha sido fundamental en el impulso de la conocida como Costa del Sol de Marruecos. Sus playas de arena dorada, las tranquilas aguas del Mediterráneo y un clima templado todo el año atraen a miles de marroquíes y a un creciente número de turistas extranjeros en busca de sol y relax.
Hace tiempo que los grandes grupos hoteleros echaron el ojo a Tamuda Bay, donde los apartamentos y hoteles familiares han dado paso a lujosos resorts de cinco estrellas con todo tipo de servicios. El último en desembarcar ha sido la cadena norteamericana St Regis, del grupo Marriott, que ha elegido la zona para abrir su primer hotel en Marruecos (Marrakech será el segundo).
The St. Regis La Bahía Blanca Resort ha sido creado como un riad privado donde el lujo silencioso envuelve y acompaña al huésped durante toda su estancia. Desde el servicio hasta la decoración, todo está concebido para que el cliente se sienta único y especial en un ambiente palaciego con tintes árabes y toques neoyorquinos. La exquisita atención al cliente es uno de los sellos de identidad de la cadena y en el resort marroquí lo llevan hasta su máxima expresión. Sin agobiar ni molestar.
Cien son las habitaciones del hotel (17 de ellas suites) amplias, luminosas, con terraza privada y vistas al mar. Frutas de temporada, pistachos, almendras y un surtido de dulces marroquíes y petit fours dan la bienvenida al huésped junto a una carta personalizada de su mayordomo. El butler service es otra marca de la cadena desde que Joseph Astor abriera su primer hotel en Nueva York, hace más de un siglo, y en el resort lo llevan hasta la máxima expresión anticipándose a cualquiera de las necesidades del cliente. Él (o ella) se encargará de todo lo que precise, desde hacer o deshacer el equipaje y colgar la ropa en el armario (un servicio incluido en el precio) hasta el planchado de prendas (también incluido en la tarifa, dos prendas por persona y día) y el servicio de todo tipo de bebidas calientes en la habitación.
Marisco fresco y cócteles de autor
La oferta gastronómica es otro de los grandes atractivos del hotel. El restaurante Baie Blanche, una brasserie francesa contemporánea con influencias marroquíes y carta de marisco fresco, está capitaneado por el chef Salim Ait Ezzine. En verano la oferta se amplía con un beach bar con parrilla y oferta de pescado. Es probable que la fresquísima dorada que le pongan en el plato haya sido capturada por cualquiera de los pescadores que se apostan en el espigón de playa desde que sale el sol.
No hay St. Regis sin bar y sin Bloody Mary, otra marca de la casa, aunque cada hotel le da su toque personal. En este infusionan el vodka con romero y pimienta y añaden harissa en vez de tabasco.
El atardecer está marcado por otro de los rituales de la cadena: el sabrage o champagne-sabering, que se realiza en el jardín para celebrar la transición del día a la noche. Con un golpe seco de sable un maestro de ceremonias corta el cuello de una botella de champán para brindar antes de la cena.
Un lujoso con spa con tres piscinas, saunas y una amplia carta de masajes invitan a no salir del resort, pero merece mucho la pena descubrir los alrededores. Tetuán, a poco más de 10 kilómetros, es, para muchos, la ciudad más auténtica del norte de Marruecos. Sin apenas turistas, muestra orgullosa una preciosa medina protegida por la Unesco. Callejear, regatear en los mercados, tomar un té o un cuscús en cualquiera de sus cafés o restaurantes es todo un placer. Desde el hotel se encargan de gestionar el transporte en taxi si así lo desea.
Y si la estancia se alarga más resulta imprescindible desplazarse hasta Chefchaouen, en las montañas del Rif, a solo hora y media en coche. Su espectacular medina, con empinados callejones, mezquitas y tiendas de artesanía, es el centro neurálgico de esta encantadora ciudad azul, una de las más bonitas de Marruecos. A pesar de los turistas que, aquí sí, suelen llenar sus callejuelas, y de los airbnb que llevan un tiempo aflorando, Chefchaouen no ha perdido su esencia y emana mucha magia.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR: En avión o barco desde la península hasta Ceuta o Tánger, a una hora y media en coche de Tamuda Bay.
DÓNDE DORMIR: ST. Regis La Bahía Blanca. Route Fnideq, Restinga El Manzah, Castillejos (Marruecos). Web: www.marriott. Desde 225 euros en temporada baja. En alta: desde 495 euros. Paquete de fin de año: Noche con desayuno desde 225 euros con desayuno y 20% de descuento en el spa y restaurantes.
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