La familia Puig no es una desconocida para los mercados financieros, aunque ha sido ahora, con la salida a Bolsa de su compañía, cuando los herederos de la saga han comenzado a ocupar titulares. Su presencia entre las grandes compañías de nuestro país no se limita tan solo a su compañía, Puig Brands, sino que están presentes a través de distintas sociedades patrimoniales o family offices en valores como Inmobiliaria Colonial o Fluidra, entre las cotizadas del Ibex 35; cuentan con importantes inversiones en el mundo inmobiliario y son inversores activos en fondos de capital riesgo, reservado para clientes de patrimonios elevados.
Este mismo viernes Puig protagonizó la que será (salvo sorpresa) la mayor salida a Bolsa en Europa de todo 2024, un año en el que parece haber regresado el apetito de los inversores por comprar y de las compañías por pasar al terreno público dadas las condiciones actuales que han abierto una ventana de oportunidad. Con una buena acogida entre quienes decidieron respaldar su debut, Puig se colocó en Bolsa al precio más alto previsto (24,5 euros por acción) con una capitalización superior a los 13.900 millones de euros. De ellos, el 72% se mantendrá en manos de la familia, lo que implica una valoración de 10.000 millones de euros; y esto les ha llevado a colarse de la noche a la mañana en el ranking de los más ricos del mundo. A comienzos de año, la fortuna de la dinastía Puig [con sus cuatro ramas familiares: los Puig Rocha, Puig Guasch, Puig Alsina (hijos de Enrique Puig) y Puig Alsina (hijos de José María Puig)] se estimaba en unos 2.300 millones de euros, según el especial Los más ricos de España 2024 publicado por EL MUNDO. No hay que olvidar que, en términos políticos, los Puig mantendrán un control férreo de la compañía a la que dan nombre, ya que conservan el 92,5% de las acciones tras la colocación.
Más allá de esto, la familia está presente en el capital de otra cotizada catalana, Inmobiliaria Colonial, en donde conserva una participación del 7,375%, lo que les convierte en los terceros mayores accionistas de la socimi después del fondo soberano de Qatar y de Carlos Fernández, inversor mexicano es presidente del grupo cervecero Modelo y fundador de Finaccess. En febrero 2022 los Puig decidieron entrar en el capital de la inmobiliaria que dirige Pere Viñolas comprando un 5,3% de las acciones a través de una de sus patrimoniales, Trudonba XXI que por entonces estaba en manos de Exea Ventures y que ahora ha pasado a agruparse bajo el paraguas de Exea Inversiones Inmobiliarias, una sociedad con sede en Suiza centrada en invertir en ladrillo en nuestro país. Por este motivo y también por el control férreo que desempeñan los Puig en el capital de su compañía, hay quien ha encontrado paralelismos con la historia de Amancio Ortega, fundador de Inditex, que controla el 51% de la compañía y que está al frente de Pontegadea, su vehículo inmobiliario. Salvando las distancias (solo el valor de Inditex en Bolsa es hoy 10 veces superior), la inversión en Colonial suma para los Puig un patrimonio adicional de cerca de 220 millones de euros.
Dentro del capital de Colonial comparten accionariado con CriteriaCaixa, holding inversor de la Fundación, que también tiene algo más del 3% del capital de la firma especializada en alquiler de oficinas prime en las mejores zonas de París, Madrid y Barcelona, por este orden. La sociedad que preside Isidro Fainé también ha querido arropar con su presencia la salida a Bolsa de Puig al adquirir el 3% de las acciones por 425 millones de euros.
La mayor inversión en cotizadas para los Puig es la que conservan en Fluidra. Lo hace Manuel Puig Rocha con un 7% del capital de fabricante de piscinas a través de su sociedad Schawarzsee 2018 SL, con sede fiscal en Barcelona y que es el tercer eslabón de una cadena de sociedades de su propiedad y donde todo pende de Lyskamm 1861 SL, la primera de la lista. Este porcentaje de las acciones está valorado a los precios actuales en unos 275 millones de euros. Puig Rocha es el actual vicepresidente de la compañía familiar, además de ser consejero en Colonial y también en Fluidra, en una relación que se prolonga ya por más de una década. Y la inversión no les ha salido mal. Solo en los últimos diez años Fluidra ha multiplicado por siete su valor en el mercado, hasta los 4.000 millones de la actualidad, aunque durante la pandemia (y el boom del stay at home) casi dobló esta cifra.
Además los Puig son el primer accionista del grupo gallego de moda Adolfo Domínguez en una relación muy duradera. A través de la patrimonial familiar, la familia conversa el 14,8% de su capital, valorado en cerca de 8 millones de euros, pero se trata de una historia que viene de atrás, en concreto, de principios de siglo. En el año 2000 los Puig se hicieron con el control del grupo de perfumería Myrurgia, que por aquel entonces era la encargada de desarrollar y fabricar los perfumes para Adolfo Domínguez. A raíz de esta adquisición Puig Brands comenzó a comercializar las fragancias de la firma gallega y entró a formar parte del accionariado años después.