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Una de las citas astronómicas más interesantes de abril y de la primavera es la lluvia de estrellas de las Líridas. Estas no destacan por tener una tasa de actividad intensa, pero sí por ser más brillantes que otras lluvias de meteoros debido a la composición del polvo que dejó a su paso la cola del cometa 'Thatcher', descubierto en 1861.
Como explican desde el Observatorio Astronómico Nacional, todos los años por estas fechas la Tierra atraviesa un anillo poblado con meteoroides del cometa Thatcher y "cuando uno de esos fragmentos entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire, creando así el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz".
Este fenómeno es visible todos los años desde el hemisferio norte entre el 16 y el 25 de abril y se llama así por que los meteoros tienen su radiante en la constelación Lira. Las Líridas alcanzan velocidades de hasta 200.000 kilómetros por hora con un ritmo de hasta 20 estrellas fugaces por hora.
Precisamente, la máxima actividad de las Líridas tiene lugar en torno al día de hoy, lunes 22 de abril, concretamente a las 9:00 horas, concurriendo con el crepúsculo matutino.
Aunque en las próximas horas y días también se producirá un buen número de meteoros, lo cierto es que 2024 no es un buen año para contemplarlas. Y es que en esas fechas el cielo está iluminado por nuestro satélite, ya que la luna llena de abril, la Luna Rossa, tiene lugar el día 24.
Con mejores condiciones se presenta la siguiente lluvia de estrellas, las Eta Acuáridas, que registrará su máxima actividad el 6 de mayo, esta vez sin apenas luna, ya que dos días antes habrá tenido lugar el novilunio.
¿CÓMO VER LA LLUVIA DE ESTRELLAS?
Lo más aconsejable es desplazarse hasta un punto alejado de los núcleos urbanos, en el que no haya contaminación lumínica y que, en la medida de lo posible, nos permita tener una vista despejada del cielo.
Se recomienda no utilizar instrumentos ópticos como prismáticos, ya que limitan el campo de visión. "Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad", aconsejan desde el Observatorio Astronómico.
En cualquier caso, el mejor momento para ver la lluvia de estrellas es después del ocaso de la Luna, de madrugada, con el cielo bien oscuro y protegidos de la contaminación lumínica.