Cuando tenía 11 años, a Carlos Sainz, un talentoso chaval que lo mismo destacaba en el fútbol como medio centro que en el tenis o el squash (llegó a ser campeón de España), el destino le tenía preparado un volantazo. El motor entró en su vida de la mano de su futuro cuñado, Juan Carlos Oñoro, y ahí comenzó la leyenda del doble campeón del mundo de rallyes. A partir de este viernes, medio siglo después, busca, junto a su copiloto Lucas Cruz, su cuarto Dakar, un empeño que alimenta su motivación, pues pretende ser también pionero ahí: el reto es ser el primero en lograrlo con un coche híbrido, el Audi RS Q e-tron de propulsión eléctrica.
Para saber más
- Afronta su 15º Dakar. ¿Cómo se renueva la ilusión?
- El Dakar es una carrera anual, así que desde el final de la última edición hasta el comienzo de la siguiente te da tiempo a reflexionar. En mi caso, también a recuperarme de la lesión que tuve (doble fractura de vértebras). Y a tratar de analizar con el equipo los puntos a mejorar. Si decido volver es porque tengo energías, ganas, motivación, ilusión en conseguir la primera victoria con el Audi, con este coche tan especial.
- Le sobran retos: ganar el primer Dakar con Audi, su cuarto 'touareg' con cuatro escuderías diferentes...
- Son retos fantásticos y sería una victoria importantísima. Toda mi energía está en llegar al comienzo del rally lo mejor posible y, sobre todo, al final del Dakar peleando por la victoria. A medida que se acerca el día te va generando un poquito de ansiedad y cosquilleo. Una carrera anual se hace esperar.
- Pasaron 18 años de su primer Dakar. ¿Cambia la tensión, se relativiza todo más?
- Después de muchos años de correr el mundial de rallyes, hacer el primer Dakar era cómo: 'A ver qué me voy a encontrar'. Pero claro que sigo teniendo ese cosquilleo, sabes que tienes una oportunidad al año. Y en mi caso, que soy de los más veteranos, o el más veterano de los pilotos oficiales que están luchando por ganar el Dakar, sé que el tiempo cuenta. Pero al final sigo con la misma intensidad, la misma pasión, las mismas ganas y motivación... y más disciplina si cabe a la hora de prepararlo.
- 2023 no fue sencillo, con un grave accidente y consecuencias físicas. ¿Le hizo dudar?
- En el momento que tienes el accidente y que sabes el alcance, lo que tratas en primer lugar es de recuperarte. Y es donde pones todo el foco. Y a partir de que te has recuperado, empiezas a pensar en cuando te vas a montar en el coche, hablar con los ingenieros, en las mejoras, donde vas a concentrarte para conseguir esa competitividad extra. Empiezas a hacer test, carreras con la intención de llegar a tope.
- ¿Qué le aporta y qué le resta la experiencia?
- La experiencia son todos ventajas. No hay nada que digas, 'por tener experiencia, aquí me resta'. Pero si tienes más experiencia es que tienes un año más.
- ¿Está satisfecho con las mejoras del coche para este 2024?
- Sí, estoy contento. Creo que hemos hecho buenos test, buenas evoluciones. Ahora lo que hace falta es que el coche sea fiable, que no de problemas. Y que podamos estar esas dos semanas, ininterrumpidamente, luchando. El año pasado estuvimos peleando, liderando la carrera, fuimos rápidos con un coche que no tenía la potencia que debería. Finalmente, la FIA, después de estudiar telemetrías y demás nos ha dado esos 15 kilowatios extra que nos iguala con el resto y con eso creo que vamos a poder hacer una carrera un poco más táctica y no arriesgando como íbamos el año pasado cada metro.
- Dijo: «Hay que ser muy valiente para ir al Dakar con un híbrido».
- Sería una victoria especial por el coche. Pero sería más mérito de Audi, que tuvo la valentía de generar este concepto de coche. Cuando lo escuché por primera vez dije 'esto es imposible'. Y hemos sido capaces de hacerlo, de ir liderando el Dakar y de ganar etapas a pesar de este hándicap de potencia que hemos tenido a este año.
- En el Dakar ha vivido de todo: éxitos, accidentes, frustraciones... ¿Cuál fue el momento más especial?
- Son muchas vivencias, muy intensas. Como dices, ha habido grandes decepciones, tres victorias, pero, sobre todo, un denominador común que para mí es vital a estas alturas de mi carrera: he seguido disfrutando, divirtiéndome corriendo. Eso es lo que me hace seguir, estar en la salida. Pero la primera victoria siempre es especial, la primera vez de todo lo recuerdas, tiene un puntito extra.
- El accidente del año pasado, ¿fue el peor momento de siempre?
- Sinceramente... Fue un Dakar duro, donde tuvimos ese accidente y demás, pero quizá la mayor decepción que yo me he llevado en el Dakar fue en 2009 cuando íbamos liderando con media hora de ventaja y quedando dos días nos caímos a una especie de río seco que había y tuvimos que abandonar.
- ¿Quién serán sus rivales esta vez?
- Los de siempre. Nasser Al-Attiyah y Sebastian Loeb. Los tres pilotos de Audi vamos a estar ahí luchando, los Toyota con los dos pilotos nuevos. Giniel de Villiers, el piloto local Yazeed Al-Rajhi y los dos jóvenes Lucas Moraes y Seth Quintero, que ya han demostrado que van rápido. Y, por supuesto, Nani Roma con Ford, que tiene mucho mérito que vuelva y le deseo lo mejor.
- ¿Cómo son los momentos de relax en el vivac? ¿Cambian sus rutinas con los años?
- Yo soy de poco relajarme. Un poco de música por las mañanas cuando estoy desayunando. Es muy difícil desconectar en el Dakar, hay mucha tensión. Tienes que estar muy concentrado durante dos semanas.
- ¿Será su último Dakar?
- Mi último Dakar puede ser este año o pudo ser el pasado o el anterior. Ahora toda mi energía y mis pensamientos están en intentar ganar en 2024 y ya veremos lo que ocurre en el futuro. Cuando acabe habrá tiempo de analizar cómo ha ido, cómo me he encontrado físicamente, cómo de competitivo he sido, si me he divertido... son preguntas que uno se tiene que hacer, sobre todo a estas alturas de la carrera deportiva. Seré honesto conmigo mismo y veré si la balanza cae hacia el lado de seguir intentándolo. Me he ganado el derecho a que se respete cualquier decisión.