FAMILIA & CO
Familia & co

¿Se puede estar "profundamente enamorado", como dice Pedro Sánchez, tras 21 años de relación de pareja?

La psicóloga Lara Ferreiro explica si esta 'hazaña' es posible y cuáles son las claves para materializarla.

Begoña Gómez y Pedro Sánchez, en un desfile de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWM).
Begoña Gómez y Pedro Sánchez, en un desfile de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWM).EFE
Actualizado

Entre todas las especulaciones, teorías de la conspiración y películas varias que se han podido leer, escuchar y 'montar' durante los cinco días de reflexión que se ha tomado Pedro Sánchez para decidir si continuaba o no al frente del Gobierno, una de las más 'curiosas' era la que echaba por tierra la argumentación del presidente por un motivo de peso: nadie puede estar "profundamente enamorado' tras dos décadas de relación y 15 años de matrimonio.

Es más, incluso se especulaba con el planteamiento de que, tras una demostración publica de un amor tan intenso e incondicional solo puede haber un intento a la desesperada por redimir una infidelidad como la copa de un pino.

¿Se puede seguir "profundamente enamorado", como dice Pedro Sánchez, tras 21 años de relación de pareja? "Sí se puede, aunque es muy difícil", asevera Lara Ferreiro, psicóloga y autora de 'Adicta a un gilipollas'.

Para entender por qué es tan complicado, Ferreiro nos explica las diferentes pantallas por las que, a modo de videojuego, pasa una relación de pareja y que arranca con ese estallido de fuegos artificiales del comienzo. "La primera pantalla sería la del amor efervescente. Con los niveles de testosterona por las nubes, la tormenta de hormonas del placer que provoca las relaciones sexuales nos hace flotar y nos hace ver solo lo bueno que tiene nuestra pareja (de ahí lo de que el amor es ciego). Sánchez ha contado, en varias ocasiones, que Begoña y él se conocieron hace 20 años, que los presentó un amigo común y que fue un auténtico flechazo (se dice que basta un parpadeo para que te enamores locamente de alguien). Que, desde el principio, estaba colado por ella, pero que Begoña se lo puso muy difícil y se lo tuvo que 'currar' mucho".

Esta fase de enamoramiento "dura una media de entre uno y dos años" y desemboca en una segunda pantalla marcada por la tranquilidad, en la que bajan las hormonas sexuales y sube la oxitocina, que brinda calma y seguridad".

Esta psicóloga relata que, "transcurridos unos cinco años, periodo de tiempo que suele coincidir con la llegada de los hijos, arranca una época de muchas discusiones (la tercera pantalla). Es un periodo de crisis que algunas parejas afrontan acudiendo a terapia o, incluso, abriendo su relación":

Superada esta fase, llega la cuarta pantalla, la del amor profundo, que es en la estarían, ahora mismo, Pedro Sánchez y Begoña Gómez tras 20 años de relación. "Siete de cada 10 matrimonios se divorcian antes de llegar a esta fase que es un regalo de la vida para quien logra disfrutarla. Se produce un re-enamoramiento y un nuevo despertar del deseo sexual. Es más, si te fijas en la comunicación verbal que hay entre ellos, se puede ver la conexión en las miradas y en los gestos que existe entre Sánchez y Gómez".

Por último, "la quinta pantalla es la de la despedida final que se produce cuando uno de los miembros de la pareja fallece".

Con toda esta información en mente, Ferreiro cree que, efectivamente, "Pedro Sánchez sí puede estar 'profundamente enamorado' de Begoña 'a pesar" de llevar 20 años de relación, pero que este sentimiento es algo que sólo unos pocos afortunados logran alcanzar tras haber logrado superar crisis estructurales (que surgen cuando surgen opiniones diferentes ante decisiones cruciales para la pareja), personales (ante golpes de la vida como la muerte de un padre) o cíclicas (las que surgen cierto tiempo)".

¿Cómo se consigue ese 'milagro' de llegar a la cuarta pantalla del videojuego? "La clave de todo radica en la comunicación, el respeto mutuo, en compartir tiempo de calidad y, como no, en el sexo, aunque haya que 'agendarlo' para llevarlo a cabo". Lo dicho, toda una heroicidad.